Seamos inmortales, pero por un tiempo limitado

La preocupación por extender la duración de la vida ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. Entre los siglos XVI y XVIII, la motivación principal fue extender la vida y su vitalidad tanto como fuera posible.

A partir del siglo XIX, el objetivo ya no es sólo vivir más, sino conocer qué podemos hacer para vivir más sanos y en plenitud. Con todo, la pregunta sobre si existe un límite para la vida humana sigue sin tener una respuesta categórica.

¿Cómo las trayectorias de vida de los chilenos van a ser acompañadas por el Estado para permitir que la última parte de nuestras vidas no sea sinónimo de deterioro, pérdidas y olvido? Nuestro director, Christian Gonzalez-Billault reflexionó sobre este tema en La Tercera.

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