“No hay prueba fehaciente de que su efecto se traduzca en una evolución o mejoría en la enfermedad. Debería seguir en estudio el fármaco”, apuntó. La neuróloga explicó que “no sabemos cómo curar el Alzheimer y la demencia, pero sí cómo prevenir el riesgo con controles cardiovasculares, buenos niveles de educación y mantenerse física, cognitiva y socialmente activo”. Además, comentó que no es una afección solo de los adultos mayores producto de la edad.
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